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La Partitura Mágica

Autor:  Alexander Anchía Vindas
             San José – Costa Rica

 

La partitura mágica

En el hueco de su guitarra encontró Segis una melodía, la cual comenzó a tocar. Primeramente creyó haber descubierto una super melodía estilo punk, pensó que pegaría un super éxito y que con ello podría cambiarse a un piso que estuviera sin insectos. Cuando su compañero Triclus el tecladista llegó, pensó que la melodía era otra y la interpretó como un rock alternativo que se oyó tan fuerte, que los vecinos llegaron a aplaudirles, faltaba Chilus el baterista de intentar interpretar la melodía, se miraron entre sí y exclamaron: ¿será que si llega y piensa que la partitura es heavy metal sonará mucho mejor?… ¡Esperemos que llegue Chilus! Sonrieron y le esperaron pensando en el éxito que tendrían, para acortar la espera decidieron brindar con una cerveza.

 

 

Revista Dúnamis   Año 11   Número 18  Julio 2017
                                   Página 21

Editorial del Décimo Octavo Número

 

 

Común denominador

El término común denominador es usado en matemática y si intentamos explicar con palabras lo numérico, se dirá que es encontrar un sustento, o un sustrato común que pueda unificar todas las propuestas. Se trata de homogenizar las propuestas que se detallan en este caso en nuestro número décimo octavo.

Las propuestas de este número son muy disímiles, las hay desde clásicos sonetos, poemas en verso libre, versos muy cortos, micro-relatos. Entonces en el fondo y en la forma lo que llaman: lo Dionisiaco y lo Apolíneo, vemos difícil establecer un común denominador del número décimo octavo.

Tampoco podemos decir que todos los autores son recurrentes, porque gracias a la literatura, nuestro número convoca sorpresas agradables de nuevos autores que se nos unen y cuyas propuestas refrescan el repertorio ordinario de Dúnamis.

A lo mejor podríamos sugerir como común denominador algún factor circunstancial y no literario; me atrevería a decir que nuestros autores están en una Caja de Música, suelen ser autores no muy conocidos en sus lugares de procedencia, no se dedican por completo a la literatura y que al abrir la Caja de Música su magia se hará presente, por ello estimado lector, no cierre la caja, vea un poco y lea la variedad de estos autores poco conocidos, pero de gran calidad que en este número lo deleitarán sonando la orquesta en el momento que usted continúe la lectura sabia y serena.

Rubem Leite, utiliza una ágil narración muy interesante y juega con dos tipos de narradores, el omnisciente y el protagonista. No adelanto líneas suyas, porque sería restarle emoción, es un relato que mantiene la emoción desde el inicio hasta el final.

“Jsoe Batazos” nos trae un poema a lo moderno, lo hace diferente su visión intimista y desarrolla un sentimiento desde el inicio hasta el final, cumple con la rima y métrica de un soneto.

Me encanta la propuesta en Prosa Poética de Beatriz Rastaldo, sobre todo a esos poetas que juegan con la ambigüedad de algún modo y Rastaldo lo hace con la indefinición de géneros, subrayo esta imagen de uno de sus poemas: Círculos de Azúcar, donde un espejo ya no volverá a tener el mismo significado: “Escribo un beso en su estática pregunta”.

Sin duda Libanny Pérez es una gratísima sorpresa, con pocas palabras construye universos y expande la poesía al infinito. Sería muy feo colocar algo en este prólogo de su poesía breve pero certera, sin duda estos poemas hacen que la gente se vuelva a enamorar de la poesía, por ello es un sacrilegio colocar acá un verso, invito al lector a leerla.

El soneto de “Miguel Starusk” es diferente al anterior comentado, este es más descriptivo, con un enfoque más externo; a pesar de la estructura rígida del soneto, hace malabares con las palabras:

 “¡Y los versos atacan! Van subiendo a mi mano
una música triste de baldía ilusión”

En el caso de Fátima Farhan, ella cultiva muy exitosamente el versolibrismo y va conduciendo al autor a su propósito, en su poema cuenta una historia interesante:

“Fui gemela que dilató relieve en penumbra,
un arenal desquiciado en el circunvolar del fuego,
al que vierte su copa donde profeso escaldar el caos”

De “Juan Clamor” nos llega un texto narrativo cuidadosamente trabajado, este es más sobrio, más pausado que el de Rubem, pero sus descripciones grandilocuentes nos invitan a tomar una taza de café y comenzar a leer: “En el centro del perímetro estaba el fogón, con patas y soportes de madera y plataforma de barro. Sobre él descansaban tres piedras y encima de ellas una olla de aluminio ennegrecida de hollín en la que hervía, al influjo del fuego generado por la combustión de la leña, una porción de frijoles que Tatica ablandaba para el almuerzo”.

Otra gratísima sorpresa viene de Luz Elena Salazar, un texto de género indefinido, utiliza la causalidad como método para imprimir ritmo, pero de lo coloquial inventa todo un mundo, de un momento construye de una percepción una historia, si el Haiku  resume un instante Luz Elena lo expande con naturalidad.

David Pérez nos propone un relato corto basado en un monólogo interior, narración pura, emoción de principio a fin, si bien es cierto no hace cambios de giro en su relato, no es necesario pues lo que cuenta es una emoción, lo ubicaría entre el género relato y el mini género confesional, pero ninguna palabra sobra y es indispensable.

Ana Bardales nos recuerda al maestro latinoamericano del cuento Horacio Quiroga, se enfoca en un sentimiento de sobrevivencia y al lector se le pone la piel de gallina: “Con la respiración entrecortada y sintiéndose casi desfallecer, vio que el rastro de aquel hombre se perdía tras la cascada, así que se adentró en el túnel creado por la propia naturaleza”.

Nuestro poeta decano, Felix Llatas, reaparece mostrando ahora una faceta desconocida, abriendo a su vez el paso a un género hasta ahora ausente en esta revista de creación literaria. Su propuesta es un monólogo con rasgos de universalidad, es ambiguo pero interesante, un salto a la dramaturgia con todo el estilo que caracteriza a este autor.

En el caso de “Giann-poesía”, nos muestra una poesía intimista descriptiva igual en verso blanco, pero que de alguna forma nos recuerda al modernismo:

“Penumbra del lago,
refleja lunas tristes
en su espejo de agua
cristal nacarado.
Entronada el alma a un árbol,
plebeya de sueños
se gelida en el pantano.”

Para concluir y ante tanta variedad de propuestas, lo que me queda es dar gracias de que en literatura no sea posible probar un Común Denominador, o sea este una utopía en la poesía.

         
                  

           Alexander Anchía Vindas
                  Consejo Editorial

 

 

Revista Dúnamis   Año 11   Número 18    Julio 2017
                                    Páginas 1-3

Un otro yo

Autor:  Alexander Anchía Vindas
             San José – Costa Rica

 

Un otro yo

 

Alguien usurpa mi lugar, desde hace unas semanas lo percibo, alguien se anticipa a mis pasos, pero solicita cosas que yo no tomaría, pero cuando me ven siempre es la misma respuesta ¡ Pero si acabas de estar acá!. Cuando voy al cajero del Banco alguien parece haber sustraído la mitad de mi salario. Incluso alguien llegó donde mis alumnos y les dio una clase de humanidades.  Ahora cierro las ventanas, me meto debajo de la cama, por si al usurpador se le ocurre venir a matarme y quedarse con mi vida.

 

 

 

Revista Dúnamis   Año 11   Número 17   Mayo 2017
                                   Página 18

Cosas que pasan y la posición del “Me da lo mismo”

Autor:  Alexander Anchía Vindas
             San José – Costa Rica

Cosas que pasan y la posición del “ Me da lo Mismo”

Nada más sincero que expresar que el título de este ensayo, es producto de la mercadotecnia, para hacer este pequeño compendio de reflexiones atractivo para el lector crítico.

Este libro no fue deliberadamente planeado, surgió de camino, como una manifestación a la vida postmoderna de inicios de la segunda década del siglo XXI, de esta época postmodernista en que me encuentro inmerso junto a tantos millones de personas, que pasan por la vida color rosa.

Hoy más que nunca le va el calificativo rosa a la postmodernidad, donde pasan tantas cosas y no parece pasar nada. Donde los individuos pasan de ser uno a ser nadie en un momento. Esta primera reflexión de la presente compilación es sin duda la más reflectiva de la realidad actual, es un verdadero flash, chispazo o retrato de la realidad de la época que les he indicado.

Sin embargo al comenzar a encerrarme en estas mismas líneas, las paradojas del destino, me hacen pensar que fue bueno el título de esta obra, donde se vive en la época en que pasan cosas y no pasa ninguna. Es decir que el ser humano, ha llegado a perder la sensibilidad a tal grado en que su capacidad de asombro se ha visto maniatada, por la misma civilización que en siglos ha construido.

Evidentemente en el Africa la gente sigue muriendo de hambre, la desigualdad en el mundo, cada vez se ensancha como el big-bang. La violencia se consolida de una forma u otra, proliferan los guettos y los campos de concentración para el pensamiento crítico.

Si Nietzsche, afirmó en su momento la muerte de Dios, pareciera que es la razón la que ha muerto, o al menos desaparecido quizás por varios siglos. Todo ese cúmulo de cosas, parecieran ser más relativas, menos importantes o que un “halo de iluminación”, hace que cada vez más pasen desapercibidas.

Cuando el delirio modernista desembocó en el teatro del absurdo, o en los escritores filósofos, y otras reacciones plasmadas en el arte por Maurice Ravel, Camus, Ionescu, Sartre, etc. Se reconocía que el  modernismo se había salido de un cause de sus principios éticos correctos y buenos que dieron origen al mismo.

Al asentarse el postmodernismo, pareciera que esa reflexión no es para nada importante, pues como lo afirmó un popular cantante latinoamericano de estos tiempos se vale:  “Living la vida loca”

Si hay una especie en la tierra de las que componen lo que se puede llamar la franja de la vida que ha fracasado en lo social, puede decirse sin duda que es el ser humano, puede tener mejor calificación una araña, un cangrejo o  un topo que se meten dentro de la tierra y ahí están a gusto, al menos estas especies no causarán un triste desenlace sobre otras.

El hombre como proyecto de un dios desunido, desoído y marginado ha involucionado como especie y ha resultado ser un completo fracaso en lo social, pues lejos de ir hacia la cooperación y la integración, sigue construyendo fronteras, guetos, espacios donde sobrevive a sí mismo, donde puede sobrevivir “sin otros seres humanos”, pero no se da cuenta que al colocar una nueva cerca, un nuevo ladrillo, lo que hace es construir su propia tumba, pues aparentemente ese dios distante colocó en el ADN del ser humano, la sociabilidad. Al menos los primeros humanos demostraron serlo, mírense las cuevas de Altamira y otros espacios rupestres donde se intentan primitivas guías para otros seres similares,  ese arte primitivo tenía una conciencia social básica, era un arte  funcional y no apreciativo, no existía el ego de por medio, existía la responsabilidad de advertir a otros; no importaba tanto el pintor si no el mensaje como tal.

En cada una de las eras de la humanidad hubo un pendiente, algo que no se llegó a realizar y esa factura ha ido creciendo al grado que hoy en día el proyecto humanidad es insostenible  y si el ser humano no es capaz de auto-exportarse a otros espacios geográficos extra planetarios probablemente se extinguirá en pocas eras, cuántas es la verdadera pregunta. Las cosas o eventos sociales pasan ante nuestros ojos sin darnos cuenta, cada nueva generación lastimosamente viene con más defecto de fábrica, viene con valores distorsionados que para efectos de la ética clásica no son valores, o viene con menos valores éticos. Nuevas generaciones asumen el rol de la sociedad con menos sociabilidad.

En la edad Antigua el ser humano se dio cuenta de su naturaleza para lo bueno y para lo malo, lo   que predominaba era la conquista, la expansión y el ser humano desarrolló un sentido innato hacia la exploración, hacia el descubrimiento, pero se diferenció poco de los animales en cuanto al respeto a sus semejantes, respeto a la diferencia, respeto hacia la cultura del otro, mantuvo instintos mucho peor que los animales, legalizando la crueldad, la masacre, el circo y haciendo un culto de la guerra. Sus dioses de ese entonces sirvieron para legalizar y ratificar sus errores. Sin duda alguna el pendiente de esa edad antigua fue la solidaridad y la convivencia. “Sálvese quien pueda”.

En la Edad Media, la metafísica y la parte espiritual acapararon la visión universal, al grado de que llegó a empachar la meticulosa religiosidad,  diferenciar el grano de la paja y se dio cuenta que con la Fe se puede llegar a hacer daño, por medio de la fe se pueden efectuar sangrientas guerras o con criterios subjetivos enviar a la gente a la hoguera. Evidentemente fue una época subjetivista donde depende de la posición en que se encuentre se la pasa muy bien o muy mal. Al haber tanto subjetivismo, el progreso fue muy lento, fue una época de mucho tiempo. Más de diez generaciones vivieron en esta época, donde quizás la primera deuda del ser humano es que no fue capaz de diseñar una fe que lo hiciera inmune de las pestes, las hambres, las muertes. ¡Bienvenido ser humano a tu naturaleza!

En el renacimiento el hombre tomó conciencia de la dimensión de su propia fuerza por primera vez, se destetó de Dios, en el sentido de que se dio cuenta de que las mayores cosas que le suceden no dependen de Dios, que Dios no está para evitar y sacar al ser humano de las complicaciones y vericuetos en que este se mete. El auge en el arte, en la literatura y un incipiente auge científico se comenzaron a  establecer. Los mensajes encriptados, los primeros vituperios y se insinuaron las primeras logias, para justificar el acceso al “conocimiento a unos pocos”. La religión como tal comenzó a perder fuerza y creo que nunca más en la historia de la humanidad, mientras exista el hombre se volverá a ver la fuerza que esta tuvo con esa denominación y las características del Medioevo.  En el renacimiento el ser humano se percató que podía usar la naturaleza a su favor y que sus posibilidades podían ser infinitas, aprendió a romper sus límites, a romper con el pensamiento cerrado del medioevo, pero en el descubrimiento de América, el hombre vio que por sí mismo tenía la capacidad de llegar más lejos, el cuestionamiento sería hasta donde o cuál sería su límite, si es que ¿habrán límites para la acción?

La edad moderna fue sin duda la mayor oportunidad que tuvo el hombre de construir, estabilizar el rumbo de su existencia, creo nostálgicamente por ser un admirador de muchos elementos modernistas, que una oportunidad como esta nunca más volverá a aparecer en el camino del hombre. En esta edad florecieron las estructuras económicas que hoy nos gobiernan, la ciencia tuvo el máximo auge, las ciencias sociales tomaron sus preceptos, el concepto de sociedad se visualizó, la idea del hombre libre y emancipado que comenzó en la Revolución Francesa y tantos, pero tantos progresos; fue hasta en esta edad que el hombre se constituyó en lobo de la existencia en un depredador y lo pendiente fue que nunca supo donde parar, lo pendiente es que el conocimiento y el progreso no trajeron la felicidad; ya que, al finalizar esta época se dieron las dos guerras mundiales y no sirvieron de nada ni los postulados económicos, ni las teorías sociales, ni cualquier “disque antídoto“ en esta época para detener su propia barbarie, ni la filosofía racionalista o ateísta, nada fue un paliativo para toda la desgracia.

Al llegar a nuestros días no debemos omitir la mediocridad posmodernista nacida en los sesentas con los hippies y la teoría del individualismo institucionalizada por la figura paladín del posmodernismo “narciso”, y es justamente ello, lo que nos lleva al Me da lo Mismo, vivir en una sociedad de confort, de competitividad, completamente hedonista e individualista, donde lo que pareciera primar es el placer en su máxima expresión, no hay tiempo para pulimentos, ni para rigor y eso lo vemos en todos los ámbitos del quehacer humano. Juventud disconforme pero alejada de la realidad sociopolítica y cultural que le da lo mismo que quede de presidente Donald Trump, o que elijan a Bob Dylan el premio Nobel de la Literatura, que quizás en el futuro elijan a Don Burro diputado, hasta donde el ser humano se revolcará en su propia mediocridad, para dar paso a algo más. Tal parece que esta época ha favorecido una involución hacia un ser humano más inocente pero no porque no tuviese mayor capacidad; no es así, simplemente es cuestión de enajenación, de privarse de no utilizar ciertas facultades del pensamiento.

El Me da lo mismo del posmodernismo compromete el futuro, la evolución y  hace transitar al ser humano en un letargo que lo convierte en vulnerable al arribo de posibles civilizaciones extraterrestres como bien lo dijo Steven Hawking. Nunca el ser humano ha estado tan vulnerable al posible arribo de civilizaciones extraterrestres, pues ha perdido facultades sociales, se ha hecho más prescindible a sí mismo del universo.

Tantos y tantos tratados e intelectuales han hablado en tan pocos años que aún llevamos de posmodernidad donde apenas hemos pasado el medio siglo de transcurrir en esta época amorfa, que libros como la Civilización del Espectáculo ya han dictado cátedra, o bien decir que las redes sociales han proliferado que la masa irreverente como lo dijo Umberto Eco tome posesión sobre las opiniones, volviendo aún más mediocre el pensamiento.

La intención con esta breve reflexión no ha sido la de alarmar, ni juzgar lo que sucede ante nuestros ojos, ni mucho menos generar una moraleja o proclamar un manifiesto que lleve hacia un lugar eterno de maravillas.  Que cada uno saque sus conclusiones y asuma el rol que así desee, ojalá con miras a ser mejor ser humano y mejor humanidad. La sociedad se transforma y sigue haciéndolo queramos o no queramos.  Deseo estimado lector que usted adquiera las cualidades tecnológicas, sociales, morales, analíticas y de supervivencia para adaptarse a la nueva sociedad que se avecina. ¿Cuánto más durará este posmodernismo soso? Es  la pregunta del millón. ¿Con qué nos saldrá la sociedad del futuro?….

Yo seguiré en mi propio gueto de anticuado, dando la opinión sólo cuando me la pidan. Por lo tanto lo invito a usted a ampliar mis pobres palabras, a refutarme o apoyarme racionalmente en este pequeño planteamiento de que nuestra civilización no irá a ninguna parte, entre tanto no hayan valores férreos en las sociedades que sustenten un posible desarrollo, normalmente los valores están cimentados en la moralidad y esta reposa en algún concepto, así fuese vacío, de Dios.

Me da lo mismo no es un camino  válido,  es acelerar el hueco de una tumba, es decidir morir por omisión, lo que le suceda a otros tarde o temprano terminará sucediéndole a nosotros mismos.

Espero haber sembrado alguna inquietud que haga florecer en su interior algún deseo que nos haga mejor a todos como sociedad.

Revista Dúnamis   Año 11   Número 16   Marzo 2017
                                   Página 9-14

Un poco de mundo más a cuesta

Autor:  Alexander Anchía Vindas
             Barrios del Sur, San José – Costa Rica

Un poco de mundo más a cuesta

Tengo un poco más de mundo,
me asustan los calendarios
y sus letras grandes que persiguen
a cada una de mis células.

Tengo un poco más de mundo
fracasos y alegrías
arquean mi espalda,
sin que pueda asirme
a un recuerdo floreciente.

Tengo un poco más de mundo
y menos palabras quedan por decir,
la poesía no se crea ni se destruye,
se escapa por el melancólico aliento.

Tengo un poco más de mundo.
Y más memorias que perder entre huellas,
allende el polvo del camino,
donde el viento las llevará a fantasear
con el guiño de las estrellas.

Sólo una cosa le pido al mundo
que entre tanta cizaña
al final de mis años
una de las tantas letras o comas;
se transforme en la caricia de un abrazo;
o, una sonrisa que apueste por la vida.

Revista Dúnamis   Año 10   Número 14   Octubre 2016
                                   Página 25

Editorial del Décimo Tercer Número

 

Puntillazos para el alma

Dícese de puntillazo en el diccionario de la Real Academia Española como la conjugación de dos palabras, constituyéndose en una palabra derivada por estar constituida de una raíz: Puntilla y azo como sufijo, aunque el DRAE sugiere dos acepciones, la primera como un golpe que se da con la punta del pie, la otra acepción le va mejor al propósito de esta introducción. Puntillazo significa un golpe de gracia. Puntillazos que nos acercan a los dioses.

Y es que los autores que publican en DÚNAMIS no son los intocables que escriben con una sabiduría prohibida para los mortales, tampoco escriben con una lira en sus manos desde una burbuja, la cual se eleva desde tierra y ellos bostezan y cuando desean decir algo, simplemente abren su boca y dicen unas cuantas verdades que socavan los cimientos del lector.

Como habíamos comentado en el anterior editorial, nuestros escritores nos vienen desde los espacios solitarios de la cotidianidad, el olvido y la blasfemia; donde incluso en esos lugares florecen unas cuantas palabras y ustedes lectores que tienen la paciencia de detenerse en esta y en las subsiguientes páginas aprecian olores tan diversos, en distintos géneros literarios.

Pues bien los puntillazos para el cerebro, para el alma, serán los textos propuestos para acercarnos a lo sublime de otros mundos, ya que cada autor constituye un mundo, un espacio perdido en el universo de la creación. En el caso de los editores, intentamos unir esas voces y que al menos en este Año del Señor del 2016 converjan todos en torno a una propuesta, cada autor tiene un fragmento de esta fotografía posmoderna de este año bisiesto que entre otras cosas en el mundo traerá que muchas personas que cumplen el 29 de febrero puedan celebrar el mismo día, un concierto anhelado de los Rollins Stones en la Habana, tras el acuerdo entre Estados Unidos y Cuba, el segundo matrimonio del octogenario premio Nobel de Literatura, adivinen a quién me refiero… El dilema de muchos deportistas de asistir o no a los juegos Olímpicos en Brasil, por temor al Zika.

Y usted estimado lector, ¿cuál es su rollo? para este 2016 al que le queda un poco más de la mitad de su marcha rapidísima.

Si su vida es demasiado ajetreada, haga una pausa quizás en los rollos planteados por nuestros autores encuentre alguna sugerencia para resolver alguna situación en la que se halle envuelto y si su vida es tan parsimoniosa de no tener ni un solo rollo propio, seguro en los rollos que plantean nuestros escritores encontrará algo, alguien o una historia donde involucrarse, una posición que tomar, a lo mejor las líneas que encontrará en las páginas de a continuación encontrará un mejor conocimiento de usted mismo.

Y en este collage de talento literario pasemos a leer un poco los puntillazos y los autores de esta edición.

En el género relato hay diversos autores de diversos orígenes, por ejemplo el escritor mexicano Juan Angel Torres Rechy residente en Salamanca nos consume dentro de un cuento de misterio, intentando seguir los pasos descifrar a una dama escurridiza, tiene una perspectiva fresca y diferente.

La escritora española Delia Haartz, en un microrelato cuenta el drama de un soldado que anhela la libertad de disentir, librarse de este empleo obligado.

La escritora también española Dulce Rumoroso nos consume en el drama de misterio de Bárbara Hoffman, descubra su martirio y sus clamores secretos en las próximas páginas.

En el género de Poesía hay mucha variedad; por ejemplo, comienzo con el escritor panameño Bruno Nash, quién pone en relieve el amor romántico que no debe faltar en una mañana o tarde de inspiración poética, sus imágenes cargadas de fuerza romántica y  de hiel en el mismo poema: “Trago amarguras y bruma angustias, tristezas, frío…”

La poeta Argentina Giann-poe nos describe la lucha de las luces, la luz del día que es representada por el sol y la luz de la noche representada por la luna, sempiterna relación inacabable que sin embargo con imágenes muy frescas y muy lúdicas nos descubren otra faceta del asombro que convoca a estas dos fuerzas.

En esta ocasión no serán las Valkirias de Wagner las que nos enamorarán del misterio de la creación artística, pero en el conglomerado de esta variedad que presenta Dúnamis en esta edición, estoy seguro que nos encontraremos una frase, una propuesta que toque algo del consciente, subconsciente o inconsciente, pase adelante que le aseguramos no saldrá igual de cómo entró.

           Alexander Anchía Vindas
                  Consejo Editorial

  

                                    

                                

Revista Dúnamis   Año 10   Número 13   Abril 2016
                                   Páginas 1-4

Editorial del Décimo Segundo Número

 

Visite las siguientes páginas responsablemente

Estimado lector, usted que transita en algún momento del día y clava su mirada en este espacio… Probablemente esperará encontrar en las siguientes páginas, algún un morbo extraño que le haga reflexionar, suspirar; que le provoque ira e indignación, le impregne un poco de sazón al resto de su jornada laboral; o, si lo lee al final de la misma, algún as que pueda utilizar en alguna conversación  en la cena y quedar como el más intelectual y trascendente.

¡Deténgase!, quizás este no sea el espacio indicado… Si anda buscando polemizar, es  mejor que  busque un foro de los que abundan en internet, esos lugares comunes donde pululan los todólogos, donde se dice de todo y nada queda; espacios criticados por el reciente fallecido escritor italiano Umberto Eco.

Los textos normalmente publicados en DÚNAMIS suelen ser  apropiados para escudriñadores, que se sientan con algún grado de calma y tratan de ver más allá de lo obvio, nuestros colaboradores suelen dejar mensajes allende lo obvio, para que algún lector con suficiente tacto  descifre códigos y se deje cautivar por las palabras explícitas e implícitas.

Pero antes de comenzar a juzgar  el mundo que al que al terminar esta reflexión comenzará a mostrarse, lo invito a hacerse la siguiente pregunta ¿qué tipo de lector es usted?… Imagínese que está usted frente a  un psicólogo amigo.

Es usted un lector veleta que espera títulos de relevancia para el mercado. Es usted un lector rebelde que busca libros ideologizados para presumir que usted tiene carácter y criterio y por ello es digno de pleitesía; o, es usted el lector que buscamos, con un carácter bien definido, que busca encontrarse con usted mismo y ve en la lectura un acto de recreación y purificación.

A raíz de un artículo escrito por Sherwood Anderson, en el cual mostraba la relación entre lectores y escritores, donde el escritor por su evidente fama, tenía que asumir roles propios, ajenos o inventados, para construir relaciones a partir de: “ser el famoso de la fiesta”. Anderson sugería una ética, en que el escritor debía encarcelarse ante la evidente fama que lo agobiaba y como éste debía incluso dar pistas de sus libros, a veces forzadas para un no lector que se quería apropiar del título de “amigo del escritor”, de modo que a posteriori, dicho “lector” pudiese presumir de su  contacto con esa figura iluminada. Yo a ese “lector”  preferiría definirlo con mis palabras un lector postizo, un no lector. Ese escenario lo veo lejano de suceder en este contrato que asumimos usted que desea leernos y nosotros. Nada más lejano o más utópico que dicho artículo, y si algo se le puede asegurar a usted estimado amigo o amiga acompañante, es que los escritores y escritoras de DÚNAMIS no asumimos poses extrañas, no buscamos  temas de moda, no  queremos descubrir el crimen perfecto, ni el pasadizo hacia el mundo perdido de los extraterrestres.

Una cualidad más de escudriñador sería más necesaria, para abordar temáticas cercanas a la vivencia, a la cotidianidad, con  aristas de situaciones muy normales.

Retomo nuevamente el artículo de Sherwood Anderson, para decir que en esta relación, no habrán: miradas incómodas, sobresaltos; no habrá ayudas, ni compadrazgos explícitos entre lector y escritor. Por ello, la mayoría de los escritores de DÚNAMIS no pertenecen a una barra de historietas, ni a una editorial de best-selllers, cuyos títulos tienen la bendición del mercado. Por tanto, ese efecto que usted podría ganar según Anderson, probablemente no lo logre con ninguno de los que acá participamos. Pero si usted entra con una actitud libre, de dejarse sorprender,  de dejarse aliviar de su cuadrada cotidianidad, probablemente encontrará frases, espacios que le consuelen. Existe un tercer ojo que los místicos suelen decir que se alcanza cuando se ve más de lo obvio. Prepárese eso sí, alístese para el viaje, busque un lugar tranquilo, un momento oportuno del día.

Sí, un grupo de escritores comprometidos, de “A pie” como decimos en mi país a la gente que se esfuerza, que lucha y que suele deambular tras bambalinas, gente que extrae sus imágenes desde el pozo más cotidiano de una vivencia aparentemente intrascendente. Estimado lector: ¿qué estaría usted dispuesto a realizar por una buena lectura?… Imagino que al menos apertura a cualquier temática que se le plantee, a la selección de textos sin juzgar el hecho del porqué salieron en este número de Dúnamis más cuentos que poemas, ensayos, etc… Estará dispuesto a intuir y descubrir voces  personas no revestidas de una corona de laurel, que viven en este mundo de forma incógnita, que sufren al igual que usted la congestión en los servicios públicos de medicina, las presas o atascos en las carreteras, etc.

Permítame mostrarle algunos chispazos de las valientes exponentes en este número:

De la escritora argentina Beatriz Rastaldo por segunda edición consecutiva, aparece en esta ocasión un pequeño relato cargado de imágenes poéticas, el cual habla del tamaño  y la tesitura de un misterio, ¿cuántos misterios son individuales al ser humano y cuántos colectivos? Aun así, el misterio es cómo la cédula de identidad o el número de pasaporte, pues lo que para mí es misterio para otro no necesariamente. ¿Qué tan  cerca está ese misterio de mí, y en cuántas aristas, paisajes o recovecos se ubica? Véase dos frases de este  texto:

“El misterio estaba ahí, en la vereda de enfrente. Tan cerca y sin embargo era un océano indescifrable… un adolescente con sueños y enamorado del futuro, pero un día bruscamente se convirtió en una mitad… su gemelo murió, y así se sintió siempre… la mitad”

Con particular belleza Eleutheria Lekona nos señala como los libros tienen vida propia la cual se aleja o se acerca muchas veces a la personalidad de sus dueños: En un formato prosaico por pequeñas secciones, nos desarrolla una historia de libros: “Los libros salen de los estantes y caminan hacia mí obedeciendo. Se abren, me muestran sus letras, cada uno de ellos lee su contenido en voz alta”…

Delia Haartz desde España le entrega al lector un poema muy nostálgico de corte apocalíptico, me niego a escribir en este espacio algún verso por que le privaría al lector el grato privilegio de descubrirlo por sí mismo.

Finalmente la chilena Fatty nos ilusiona con su poema y no transmite su definición de ilusión: ¡Una ilusión! Deslizase en el firmamento, ella en el ocaso desprendida relucía!

Estos y otros valientes nos llevan de la mano en estos y otros textos hacia un mundo diferente, a lo mejor no tan extravagante, pero seguro explorará nuevas posibilidades que permite la lectura.

No quiero decir más, simplemente estimado lector, espero que tenga la paciencia, la valentía de escudriñar y descubrir la belleza entre los textos de estos valientes expositores que se atreven a realizar dignas propuestas literarias en medio de lo que Vargas Llosa definiría como la Civilización del Espectáculo.

¡Entre, pase adelante!, está en su casa Dúnamis, lo invitamos a evolucionar junto a nosotros.

         
                  

           Alexander Anchía Vindas
                  Consejo Editorial

 

 

Revista Dúnamis   Año 10   Número 12    Febrero 2016
                                    Páginas 1-3

El Lado Cóncavo-Convexo de la Creación Literaria

 

El Lado Cóncavo-Convexo de la Creación Literaria

Como todo adoctrinamiento  el fustigar a un discípulo literario o influir sobre ciertas personas y dirigirlas hacia un lado de una dimensión plana es funesto y lamentable.

Todo arte, no sólo la literatura debe de estar libre de prejuicios; si un creador escribe hacia la derecha o la izquierda eso no será relevante, lo que dejará un legado será la profundidad y coherencia de su pensamiento. La historia no ha estado exenta de prejuicios ideológicos y se han cometido grandes injusticias la más sabida de ellas el no otorgamiento del Nobel a Borges por ser de derechas.

Todo ser humano en algún momento de su vida está más cerca de la derecha o de la izquierda, pues no somos seres lineales, sino cíclicos.  Depende de los influenciadores, del entorno, de con quién se relacione, de qué material se ha nutrido. Cuando estaba en el colegio me hicieron leerme el capital, obra magnánima de Marx, sin embargo no fue hasta años después que valoré ese estudio. Realizar un análisis filosófico de ese texto es una cosa y solicitar un ensayo acerca de Adam Smith y de su influencia al día de hoy lo es. Pero pretender encasillar o dirigir a un artista que escriba perennemente sobre estos temas es coartar, limitar el arte como belleza.

En su momento Gabriel García Márquez dijo que su inclinación a la política constituyó una parte muy importante de su vida como escritor, pero que no resultó ser la única, en la última parte de su existencia  busco viajar a otras dimensiones de las cuales ahora hablaré, demostrando que más que tratarse de un cuadrado pegado en el suelo donde te mueves a la derecha o a la izquierda, la literatura se trata de un mundo multidimensional, donde no se le puede llamar traidor a alguien que pase de la derecha o a la izquierda; o viceversa, el arte no da para estos castigos.  Esta situación debe tomarse como parte de un proceso deconstructivista, de un proceso natural que todo artista necesita realizar y no sólo mudarse hacia  la derecha o hacia la izquierda.

Pese a que en lo personal me considero más cerca de la izquierda que la derecha no soy un fanático político. Si mi pensamiento dirigiera mi cosmovisión ciudadana, debería pensar que la felicidad del ser humano dependa de la economía, ¡qué triste sería mí mundo!. Así lo intentó plasmar en los inicios de la ciencias de la administración Frederick Taylor, quién se atrevió a encasillar al ser humano en una dimensión animal, comparándolo con un burro que necesita un determinado motivante económico; por ejemplo calmar su existencia a punto de bonos y regalías .   Creo que este tipo de pensamiento ha creado los llamados call center donde muchos habitan intentando no convertirse en autómatas. Estas estructuras que han florecido en la posmodernidad han llegado a crear muchos seres enajenados listos para consumirse hasta su propio féretro; o cuantos caprichos imponga el mercado de consumo, de ese modo, los ciudadanos demandan una literatura más light, un estilo de vida light, donde ir a sentarse a ver una película al cine con verdadero sentido es un reto y una secta para pocos.

Se habla de la diferencia entre la alta y la baja cultura, ciertamente muchos creadores han aspirado muy alto, y se han salido de esa concepción facilista e ideologizante entre derecha o izquierda, si estoy medio punto más cerca de la derecha o de viceversa.  Pero el consumo y los empresarios también tienen su cuota de responsabilidad al crear a un individuo light que se conforma con muy poco y que en la posmodernidad agradece un tipo de literatura facilista donde pueda saciar su curiosidad escasa o presumir de una supuesta intelectualidad que no busca reflexionar las preguntas más fundamentales de la vida, sino que es un instrumento para presumir frente a otros. Ya Vargas Llosa mencionaba esta mentalidad facilona y mediocre en su ensayo La Civilización del Espectáculo, distintos autores coinciden en señalar que estas características de practicidad, facilidad, hedonismo,  son las que marcan el norte de esta época posmodernista.

Pero para continuar con el proceso de gestación literaria, antes de reconocer que la creación literaria es tan sólo un reloj de péndulo, condenada como Sísifo si no a cargar y a tirar la piedra a vagar perennemente entre la izquierda y la derecha, donde quizás se estaría mejor estándose quedito en un supuesto centro utópico. Prefiero creer más en que el ser humano se parece más al que ideó Abraham Maslow en su famosa pirámide que se enseña en todos los cursos básicos de psicología, de administración que concibe al ser humano dentro de un estadio el cual puede variarlo según su autoconciencia y el grado de progreso que sea capaz de alcanzar.

Algo similar sucede en la Creación Literaria, pero no lo concibo desde un punto de vista piramidal encerrado en estadios, pues en el fondo esa visión de Maslow promueve el clasismo aunque sea temporal y un clasismo psicológico, condicionado. La literatura y el arte son los únicos espacios donde no debe haber prejuicios de clases sociales, de religión, raza, tendencias deportivas y también de la política. La política como lo indicó García Márquez es apenas una de las dimensiones que tiene la literatura, quizás por ser el arte de la palabra es más fácil que la literatura asuma un rol político más que las artes visuales, la danza, u otras manifestaciones, pero reducir y que un poeta por ejemplo viva en función de la política es de algún otro modo prostituir su talento.

concavo y convexo 2

Creo que sugerir una multi-dimensión circular para la creación literaria sería lo más aconsejable. A partir de aceptar esa premisa me permitiré detallar cuáles son esas secciones-

La substancial: Así como Maslow coloca en la base de la pirámide, lo que él llama Necesidades Fisiológicas, el escritor no se puede privar de tener que conseguir su sustento, de tener que ingeniárselas, son pocos los escritores que pueden presumir que viven de la literatura, los más afortunados dirán eso, no necesariamente los que viven de la literatura son los mejores. Pero el escritor no puede privarse de esta dimensión, es aquí cuando se da cuenta que es un ser normal, como bien lo dijo Rafael Cadenas cuando le preguntaron si se consideraba un gran poeta, a lo que el célebre poeta respondió: “Tú eres el que me pone ese calificativo de poeta”. Acaso el ser poeta representa tener algún tipo de privilegio, será que el poeta no tiene que hacer fila en el servicio médico o en el banco. Será que al poeta lo eximen de pagar tiquetes de buses o de pagar impuesto de ventas. Ser un escritor y sobre todo hoy en día se es un paria en este mundo loco inmediato, que vive inmerso en la civilización del espectáculo. Pero un escritor no puede privarse de sobrevivir, entonces un escritor lo primero que tiene que hacer es saber ser un sobreviviente si quiere escalar y mostrar algo bueno que salga de él.  En la medida que se las agencie para sobrevivir, para conseguir su sustento, para mantener a los seres afines alrededor de él. Podrá mostrar una dimensión más humana y generar más empatía. ¿Será que el escritor debe vivir como un monje? O sea privarse de tener relaciones, de amistades, de visitar espacios prohibidos o imaginarios, no eso nunca lo debe hacer, es la parte substancial la que ayuda a construir una ética, esta vivencia es parte del ADN de todo escritor  y poder escalar hacia otras secciones. La subsistencia es tan fuerte que puede hacer que un escritor se olvide de su arte en algún momento.

La Social: Esta es posiblemente en la que podamos incluir la ideología, cuando un escritor decide prestar su voz a la causa de la humanidad, entonces será acá donde a veces el viento deberá moverlo a la derecha o a la izquierda, de acuerdo a una coyuntura social, hechos determinados, visiones, amistades y afinidades. Lo que muchos intentan absolutizar es apenas una parte de lo que un escritor puede hacer y ciertamente cuando el escritor de forma ética, no mercenaria, de forma auténtica y con pureza decide prestar una causa, si esta se levanta con una parte substancial auténtica, meritoria, posiblemente su voz llegue muy lejos. En mi país hubo un escritor llamado Carlos Luis Fallas que construyó este modelo, logró influir desde su propio ejemplo, logró subsistir y evolucionar a una parte social y construirse un círculo con un determinado número de seguidores, de modo que su prosa venía desde los mitos, anhelos vividos, imaginarios y compartidos, me abstendré decir su inclinación. En el caso de Fallas mostró una coherencia de pensamiento y nadie podría decirle mercenario. Entre la derecha y la izquierda podría hallarse el verdadero sujeto, aquél que es o no es altruista, aquél que se proyecta simplemente al participar en una lectura o recital, o el que se presta a otras actividades de la sociedad. Tampoco esta dimensión se circunscribe a la derecha o a la izquierda, cuando un escritor construye un movimiento literario o un círculo aporta de igual modo a la sociedad. Esta faceta es después de la propia obra del escritor la más visible de todas, pues acá éste define y construye las relaciones con todos los  grupos sociales posibles.

La intimista: Esta es una faceta espiritual y como no deseo ponerle algún epíteto que huela a religión, prefiero decir que en esta parte el escritor construye sus pilares espirituales que darán sustento a su obre. Un escritor aunque se llame Ateo es espiritual, el ser humano es un ser espiritual, cree en el sistema, en la ética, en la familia en su cónyuge, que se yo. Es en esta dimensión cuando el escritor echará a mano elementos de que algunos elementos que para  nadie más o  muy pocos serán intrascendentes, pero para el creador serán fundamentales. Sólo cuando esta dimensión se torna mística y ese misticismo de querer enseñar, mostrar a otros alcanza una versión más alta y más sublime que la simple intimidad. Cuando se habla de misticismo entiéndase no es un evento religioso, si bien la parte metafísica o mística es más fácil apreciarla cuando se tiene fe en algún Poder Superior como dice Al Anón o en el caso de la concepción occidental se nombra  a Dios. Esta dimensión suele estar muy lejos de los prejuicios con los que comencé esta discusión de izquierda o de derecha y es que si se acepta la acción de alguna o más deidades, el creador caerá en conciencia de qué esa o esas deidades están libres de esos prejuicios y que Dios o los Dioses lo son para todos los seres y no para unos pocos. Esta dimensión suele alcanzarse cuando se tiene algún tipo de madurez y por lo general llegan a ella también muchos creadores que se elevan desde la parte social al darse cuenta de que las ideologías no cambian al mundo, o su acción dentro de ellas.

Todo escritor que pretenda trascender debe extraer lo mejor de las dimensiones substancial e intimista, ya que le conceden una visión diferente, la substancial lo  humanizará al ver lo difícil de la vida que se mueve en más de una dirección entre derechas o izquierdas, se hace más finito. Mientras que en la intimista se hace trascendente o busca allende de su limitación. Particularmente creo que existe una dimensión metafísica indiferentemente de la fe o visión que se profese.

Estas secciones en un escritor son sutiles y cíclicas convirtiéndose en un verdadero lado Concavo-Convexo, se regresa o se va hacia lo social, se alcanza o se modifica lo íntimo y se puede caer en la subsistencia en algún momento, subir y regresar. En estas dimensiones se llega al vacío y se sale de él. La relación con el vacío la  hacen tornarse interesante y fascinante, plasmándola en una   creación literaria más profunda y desgarradora. Esa situación inevitable y cíclica que hacen que un creador  que transite y regrese a esas dimensiones logre trascender, pero con cada relación el individuo o creador no regresará ni producirá igual. Al ser experiencias que atañen a un creador, cada una de  ellas desembocará en una nueva persona y en un creador distinto, de modo que a lo largo de su vida un creador tendrá diferentes yos o versiones de sí mismo.

 

           Alexander Anchía Vindas
Barrios del Sur, San José – Costa Rica 

 

 

Revista Dúnamis   Año 10   Número 11    Enero 2016
                                    Páginas 17-22

A la Chica de la Foto

 

A la Chica de la Foto

A Krisztina Vádasz

Quiero emborracharme y besarte
pensar que la foto sos realmente vos
que aparece tras algún conjuro burlador.

Pensar que de la foto caen
dos senos agazapados
un cabello galopante
y que salgo como niño en piñata
a recoger hasta el último gramo de tu esencia.

Quiero pensar que si coloco tu foto
junto a la mía no es sortilegio,
que simplemente fluimos
por donde el espacio
nos parta y nos comparta
en aquél agujero
que sólo el amor aclara…

 

           Alexander Anchía Vindas
Barrios del Sur, San José – Costa Rica 

 

 

Revista Dúnamis   Año 10   Número 10    Noviembre 2015
                                    Página 35

La muñeca de la Capilla

 

La muñeca de la Capilla

A la dama de sociedad de la Iglesia.

No fue sólo una historia cursi
que soñé del Titanic.
El amor acabó
al trabarse la cajita del órgano.
La chica aporcelanada
sigue su procesión de Viernes Santo…
Tan distante y descolorida,
pero irresistiblemente bella….
Reclinada,
contándole al viento sus pecados.
Tan hermosa y desgraciada,
tan expresiva y humillada…
¡No le es permitido fugarse
de la cárcel
que su abolengo le ha impuesto!
Sólo desea amor,
pero vive teledirigida….
su dignidad se limita
a convertirse en trofeo de algún patán.
Desea hacer explotar su cuerpo,
pero las imágenes no tienen dinamita
para estremecerle las entrañas.
Persigue incesantemente la pasión,
la busca debajo de las bancas,
entre las rutas que forman
las hormigas
abajo del reclinatorio.
Busca la batería apropiada
que le devuelva la vida a Supermán.
O qué el superhéroe la rescate
desde la imagen de alguno de los
santos en que se halla preso.

Al finalizar la misa
yace impávida, irreal…
como una verónica frustrada…
¡Cómo esta sociedad
se cansa de tallar plásticos
ajustables a rostros de porcelana !
La deseo,
quizás me desee…
Probablemente el eco
de mi lascivia
aún rebote
entre las columnas
erigidas en piedra.

           Alexander Anchía Vindas
Barrios del Sur, San José – Costa Rica 

 

 

Revista Dúnamis   Año 9   Número 9    Octubre 2015
                                    Páginas 23-24