Category Archives: XV

Enajenado

Autor:  Emanuel Silva Bringas
             Lima – Perú

ENAJENADO

A quién observa suspicaz y asqueado,
figura cubierto de pelambre y aire espectral
Hondura en ambos ojos, delata
Cuenco que no puedes soportar
¿Es mucho para ti punción tal?

¡Dicen que soy el Lobo
que en sangre tiznados
los colmillos descuello!
Dicen que soy bestia impredecible,
dispuesto siempre a atacar
Dicen que mis modales, son traídos del bosque
que yo no sé con los seres humanos tratar

Que soy animal retraído, acusan
Que de quien mora en soledad semejante,
nadie se puede fiar
De frente me miran, pasan de cerca,
de miedo constante infectos,
¡Tan convencidos que los he de matar!

Terror de mi silencio sobre sí llevan
¡Tan marcada la sospecha!
que en las sombras mi morada se asienta
Me figuran taimado al asecho,
agazapado en lo ignoto
tramposo y artero
¡Persuadidos que soy tan animal!

Me ven cubierto de pelo y hambre
con ganas ávidas de sangre yugular
Sienten su piel abrirse de antemano,
¡tremendos surcos mis garras al zarpar!
En terror sobrecogidos
Jamás mi cercanía soportarán

Fiera salvaje; indómita violencia
De afecto desposeído,
¡implacable voracidad!
Que solo sé de crueldad
¡Que mi pellejo es grueso e insensible!
Que bajo mi agreste aspecto:
un soplo deleznable,
¡presencia insoportable!
continuo afán de infligir males
inquieto reposa…

Dicen que soy el Lobo,
que a mí me parió el bosque,
y carne humana devoro
¡Que soy bestia, porfían!
De improviso arrebatable
repentino y sin motivo,
¡enconado agresor!
Un arisco confinado
sumido y atestado en dolor

Que del monte lo más recóndito
engendró mis maneras
a rajatabla aseveran
Que nadie como yo tan salvaje,
resollando agitado de continuo,
gruñendo irascible y sin cesar
Que insaciable y desesperado
¡malicioso depredador!
mi talante revela
Que vivo blasfemias aullando
desdeñando el humano gesticular

¡He allí el Lobo!
Vez tras vez aseguran
¡Jamás me han conocido!
Solo de mí han oído hablar
o a la distancia y de soslayo
han pretendido mis andanzas otear

Si de repente mi voz elevo
sus mentes ululato perciben
Encríspanse azorados
¡nota tan estridente!
de mórbidas entonaciones
¡colérica impostación!
resonando en el horizonte oprímeles
Tiene sabor a alarido
Cual diana en el cuerno
¡Es el Lobo Aullador!
su invocación imprecando
para arrojar sobre quien se acerque
¡un siglo de calamidad!

Por eso me tienes aquí
las palabras obviando
Tan solo mis dos ojos sobre ti clavados
si acaso los puedes soportar
Preguntándome si acaso
en ellos disciernes la verdad

Pues no es esto un hechizo de luna
tampoco elusiva saciedad
Aquí no hay un lobo encerrado
Solo podredumbre de sociedad.

                               

Revista Dúnamis   Año 10   Número 15   Noviembre 2016
                                   Páginas 28-31

Ausencia, Tango y Letras

Autora:  Giann-Poesía
               Buenos Aires – Argentina

 

Ausencia, Tango y Letras

Hay… un, dos tres y más dolor aquí.
Aquí dentro de este pecho gestado de latidos
que ni a fuerza de infartos coagulan las horas
buscando sobornar al tiempo.
Un tiempo que corra bestial
y en piedad absoluta
me deposité entre tus brazos yermos.
Sabes papá…?…Te extraño…
Te extraño a mares tempestuosos
te recuerdo a océanos borrascosos,
y no hay tibia arena que recoja mi huella
y en polvo de estrellas,
las lleve junto a las tuyas por los senderos del cielo.
Se precipitó a mi ente un meteorito de ausencia
con la ¨inseparación¨ de tu estadio en fase
el mismo día de la cruel partida
y frente al portal del gris invierno…
¡Te lloré!… Te lloré como cuando mis caprichos en diluvios
caían por la rambla de mis mejillas haciendo cumplas mis deseos.
Hoy sin vos…
se descascara mi espíritu en huida salvaje
dibujándote entre mis versos,
clamando a grito mi pluma esboza…
¿Dónde estás, que te busco
en esta ciudad de gente que duerme…
las veinticuatro horas
de los trescientos sesenta y cinco días del año
por más de dos milenios?
En esta metrópolis de cruces blancas
y ángeles de yesos
mis pasos van acompañados de los tuyos.
La humedad del llanto lleva aromas de rosas frescas
y perfumados jazmines hasta el portal de tu memorada,
que me deja ver el roble donde descansa tu cuerpo.
No, no pidas que no te llore, si quieres…
lo haré en silencio para que no sufra más aún ¡Ella!
al oírme en un rezo pidiendo por tu alma
al Dios sempiterno desde los portales de este infierno
que nos dejaste por herencia el día
que partiste sin despedirte de mi…
karma que me destruye hoy que no te tengo.
Sabes que hubiera dado mi vida en aquel mismo momento
con tal de que te quedarás, pero…bien lo dijiste siempre…
¨…Los padres no vinimos al mundo para enterrar
a nuestros hijos, esa, es labor de ellos…¨
Más aún no consiento la naturaleza del verbo
pasado que me niega tu presencia en este cruel presente
y busca hacerme carne de los retazos de tu recuerdo
y hago lo que siempre hiciste, escucho un tango mientras hilvano versos.
Como vos lo hacías pá.
De la misma forma escucho tango y enebro un poema,
triste por estos lares en que ni a cortes y quebradas, logro concentrarme.

   

Revista Dúnamis   Año 10   Número 15   Noviembre 2016
                                   Páginas 26-27

Prefiero Perder que Hundir

Autora:  “Delia Haartz”
                Castellón de la Plana – España

 

PREFIERO PERDER QUE HUNDIR…

Mil cuerpos yacen en el campo, sangre salpicada y lamentos en el viento. ¿Qué importará si todo se exterminó? pues yo prefiero perder que hundir…

Todos lucharon por sonreír frente a las cámaras, por brindar sus victorias… pues yo prefiero perder mil batallas que hundir…

Niños, enfermos, ancianos, todos asfalto triturado, abono dador vital ahora para la tierra. Sin rostros, sin nombres, sin historia. Números, precio, negocios, soberbia e hipocresía…Orondos encorbatados, estridencia sus copas la vendetta cantan…pues yo prefiero perder que hundir.

Solo amé una vez en mi vida, y sí, breve mi existencia y joven soy, pues tan solo vivos mantengo 30, pero aun así, solo una vez vibré con tal fulgor que, las estrellas se apagaron para honrar mi puro sentir, y con el alma bailando, el corazón fogoso y el espíritu libre, sé, que es mejor perder que hundir… Que el egoísmo ambicioso y el temor dependiente hundan la flor más bella con que me premió la BENDICIÓN…

Asfixiar, acorralar, maltratar y morir la chispa, el brillo en sus ojos inocentes, y escribo morir, porque se muere en él su candidez, yo lo asesino y el muere, muere, muere. Prefiero perder que hundir…a mi amor. Para todos aquellos que acaparan, toman lo FERÉSTEC, que lo alteran, lo modifican, lo VIOLAN, lo embotellan, lo encapsulan y negocian con él…prefiero perder que hundir…

Yo prefiero morir libre
Que hundir una flor
Yo prefiero morir libre
Que matar la luz de tus ojos
Yo prefiero morir libre
Que matar la sonrisa del infante
Yo prefiero morir libre
Que matar tu mano junto a la mía
Yo prefiero morir libre
Que matar tu voz con tu puño en alto
Yo prefiero morir libre
Que matar tu latir enamorado
Yo prefiero morir libre
Que matar el leve aleteo de la mariposa en primavera
Yo prefiero morir libre
Que matar las olas al besar la costa
Yo prefiero morir libre
Que matar la protección paterna en forma de consejo
Yo prefiero morir libre
Que matar la vida hecha calor en el manto materno
Yo prefiero morir libre
Que matar mi grito desesperado por seguir viva sin tenerte a mi lado
Porque si existe algo más importante que VIVIR es SENTIR LO QUE UNO VIVE

Revista Dúnamis   Año 10   Número 15    Noviembre 2016
                                  Páginas 24-25

Sol Ariano

Autor:  Alvaro Torres Calderón
             Lima – Perú

Sol Ariano

Intentas llegar
Hacia el final del camino
Pero en cada tropiezo
Queda una herida profunda
En tu cabeza.

Dicen que de tropiezos
Uno aprende y trata
De no repetir,
pero cuando el signo deja
Que el impulso gane
Nada ni nadie puede cambiarte.

Carnero taimado,
vuelves a dar con el mismo árbol
Madera dura,
choque de piedra con piedra.
Chispas, fuego, hierba perdida.
Se enciende el bosque apacible y
el paraíso se vuelve tortura macabra
del cual realmente quisieras escapar.

Al mismo tiempo
saboreas el ardor de las llamas.
Si comes totalmente del fruto tentador
Te das cuenta que lo debiste comer
en cuotas mensuales sin intereses.

El bosque ya no está.
Solo un degrade grisáceo.
El carnero por fin derrumbó el árbol,
Pero jamás llegó a penetrar su madera.
El aliento de cada hoja resistió
el embiste porfiado y demoledor.

Aries de Marte, hueso de fuego.
Rabia de papel y viento tardío.
Solo queda caminar y tropezar
sobre el camino rocoso.
Queda la certeza que al herirte explotas,
Y el mundo contigo.

Revista Dúnamis   Año 10   Número 15   Noviembre 2016
                                   Páginas 22-23

Espejos

Autor:  David Pérez Núñez
             Sto. Domingo – R. Dominicana

Espejos

Caminaba entre espejos opacos, sin brillos, espejos rotos en su mayoría, cuando daba la espalda uno de ellos reía, su carcajada era muy sutil, silenciosa, burlona. De repente volteaba el rostro queriendo atrapar cuál de todos se presentaba indolente a mi espalda, pero callaban, se cerraban ante mis ojos, por lo que volvía a caminar por ese pasillo de espejos hipócrita y entonces escuchaba murmullos, extrañas palabras indescifrable, sabía que sus murmuraciones se referían a mí porque cuando aguzaba el oído hacían silencios, se volvían loza de cementerio. Podía sentir detrás del azogue, mi pasado, intentaba aproximarme al fondo de la imagen que reflejaban las tenue luces, veía una pareja entre los árboles del bosque, mis pupilas se dilataban queriendo ver los contornos de esa pareja, su silueta, era imposible, solo lograba ver una mujer esbelta, dueña del escenario, segura de sí misma. Escuchaba una reclamación o más bien un pedido, no se inmutaba, su corazón era de acero, el hombre que estaba a su lado por la expresión de su cuerpo se sabía que había perdido la batalla, la resignación estaba implícita en su mirada. Trato de ver lo que la imagen borrosa me oculta, siento una sonrisa, que se eleva entre las hojas de los árboles que lo cubren.
Creo, aunque no lo puedo asegurar, que esa risa, esa carcajada que se produce a mi espalda cuando camino en dirección contraria a la de los espejo es la de ella, la de la mujer esbelta oculta detrás del azogue. Se burla, se ríe del hombre que esta junto a ella en el fondo del espejo, no sé qué tiene que ver conmigo esa risa, sin embargo mi figura se refleja en algunos de los espejos rotos de esta casa que me abraza en medio de mi más absoluto destierro.

                                

Revista Dúnamis   Año 10   Número 15   Noviembre 2016
                                   Página 21

Civilización Alfa

Autor:   Jsoe Batazos
              Valencia – Venezuela

CIVILIZACIÓN ALFA

Al sur del Bósforo, invisible al ego
del humano, una isla con cascadas
de agua dulce, corona con sosiego

a unos seres de ideas avanzadas;
no hay lujos ni prebendas, la avaricia
no pone las amarras en sus radas,

No hay electricidad y, en la primicia
de la noche sin luna, las medusas
ponen la luminaria vitalicia.

Las danzas, al silbar las cornamusas,
refuerzan en los seres su alegría;
¡Viven cada minuto sin excusas!

Redactan, en papiros, cada día
sus poemas bucólicos; con ellos
embellecen su hogar y melodía.

Como no existen ricos ni plebeyos
no hay envidia ni gula ni pereza;
hasta donde les lleguen los resuellos

sus cuerpos no sabrán de la tristeza,
son libres de explorar el mundo entero,
pero ellos vuelven ante la bajeza
del humano y su absurdo basurero.

Revista Dúnamis   Año 10   Número 15   Noviembre 2016
                                   Página 20

Evocaciones de Amantes

Autora:  Fátima G. Farhán Villalobos
                Ovalle – Chile

EVOCACIONES DE AMANTES

Se oyen sigilosos carnosos censurantes
del barrunto, y la crujiente seta
del ropón que los amantes desdoblan,
por el sonoro rechinar de sus cuerpos.

Cual si al liarse se oyera el vago aliento
con que a cumplir con su lince estancia,
gimiendo bajo el tácito asfalto,
las osamentas increpada por el deseo.

Se coronan de antorchas fragosas ,
se sienten rechinar las verjas de espasmos,
se escuchan los quemantes cantares
vibrar sublimes que a sus lascivias dormita.

Se ve el ansia pasmosa llegar y reverente
Irreverente del aposento los doblegados amantes,
cuando el alba encarnada se extingue
ven las horas rodar…, y sus gemidos callar.

Y los pérfidos despliegan bramando
los espasmos ígneos de caricias inestables,
como por la cascada caen extractando
fluidos y ensalmes de fuego.

Revista Dúnamis   Año 10   Número 15   Noviembre 2016
                                   Página 19

Mi Musa

Autora:  C. Siomara Henríquez de Goldman
                Morazán, Yoro – Honduras

MI MUSA

La polimnia es esa musa de las sedas
con césped sosegado y el azar;
sutil en los campos y veredas;
en el agua del mar,
verdeazul collar,
gime y se enreda.

Musa defensora de los verdes prados
que celebrando sombras… primaveras,
te fundes de capullo en arados,
y en finas odaliscas
mueves las ventiscas
de las quimeras.

Vas reparando pétalos en jardines
y al defender la ninfa del sinsonte;
germinan semillas de jazmines,
y hada con hermosura
vuela y se apresura
y anda en el monte.

Escondida, mueves la selva, la pregonas,
cultivas frutas y hierbas lisonjeras
y al huerto con tu canción abonas
y a las flores silvestres
y rosas campestres
las ves y alteras.

Revista Dúnamis   Año 10   Número 15   Noviembre 2016
                                   Página 18

Estado VII

Autor:  Elisei Virgil
             Plosca – Rumania

 

Estado VII

Después
nos reunimos
en un ángulo,
yo-dentro,
tú-fuera
y, sin embargo,
ambos
nos preguntamos
cómo
baja,
volando desde lo alto
una cuerda con forma circular.

 

Traducción: Tudor Serbanescu

 

Revista Dúnamis   Año 10   Número 15   Noviembre 2016
                                   Página 17

El Bueno y el Malo

Autora:   Julieta Yael Gutman
                Buenos Aires – Argentina

 

El Bueno y el Malo

Esta es la gran historia de mi vida. Es donde empieza todo, mi dolor mi fortaleza, mis miedos y hasta mi rencor. Mis primeras páginas eran sangrientas, contaba números manchados de sangre. Contaba personas que aún seguían andantes. Estaban todos ahí gritando, podía sentir como mi cabeza retumbaba, podía entender que de muerte se trataba. Mamá lloraba y pedía a Dios que oremos por las almas de aquellos inciertos.
No faltaba el curioso ni dramático que no asome su cabeza por la ventana para ver lo que estaba por pasar. La gente gritaba por todos lados. Los gritos eran tan fuertes, eran cientos de persona diciendo no, ¡no lo hagas! Me fui al pasillo, no entendía por qué nos alejamos de la ventana, pero estábamos en el medio de nuestra casa, donde las balas no podían llegar, ni piedras. Era el lugar más seguro. Me arrodillo y pido a Dios nos ilumine. Realmente no entiendo toda la desesperación afuera y por qué mamá llora sin cesar. ¿Qué pasa? ¿Quién está ahí?
Han pasado 20 años y aunque sea buena mi memoria, mis recuerdos se nublan. No puedo recordar con claridad lo que de mi mente ha tratado de borrar por todo ese tiempo. ¿Qué pasó esa noche? ¿Fue esa noche o fue después? ¿Fue tan dramático como lo recuerdo?
De repente alguien grita debajo del edificio llamando a mi madre. Vení.
Mamá empezó a llorar. Él estaba mal. Pero había un destino y ya se sabía su final. Una iglesia y un ángel sobre un cajón, llanto por todos lados. Mamá no deja de llorar, pasan los días, meses y mamá ni puede escuchar su nombre. Aún lo recuerdo con su voz cantando. Él era el bueno. Solía venir a casa con su hermano a tomar la leche. Solía adorarnos, era uno más del clan familiar. Era una luz en medio de la oscuridad.
Pasaron los años y tomó tiempo recuperarse de la perdida, aún se veía su sonrisa por todas partes. Solía agarrar un micrófono y sacar mi parlante por fuera de la ventana. Saludar a la gente al pasar. Creo que fue la inocencia de ser pequeña. Saludaba a los andantes, les deseaba un buen día. Me gustaba decirles que estaba ahí con ellos y

que podía verlos al correr las horas del día. La vida nos fue arrebatando tesoros lentamente, pero aún lo recuerdo con su picardía y su jean blanco. Él era el malo, aquel que se sentaba por fuera del local de mamá.
Nunca le faltaban los suspiros de las chicas. Siempre alguien lo rodeaba y era razón de envidia, ese moreno de ojos marrones. Se había alejado y no solía venir tanto a tomar la leche, pues no le permitían que venga tanto con nosotros. Las calumnias y farsas eran un rol importante en nuestra relación. La maldad y codicia alejaban a un ser de luz de nosotros. Tampoco lo recuerdo con claridad, y otra vez se repite la historia porque ya se sabía que aquellos que nacen juntos, juntos se van. Su hora estaba ahí y aunque hicimos todo para impedirlo, otra vez estaba escrito su final. Su muerte aún me es incierta. Hay quienes dicen que saltó, otros cubren lo que el diablo causó. Un joven moreno de ojos marrones reposa sobre un árbol. Bajo la ventana del dormitorio de su abuela está.
Mamá aún no sabe nada, siempre es la última de enterarse de lo malo. Otra vez gritan debajo del edificio. Mamá se vuelve a ir, esta vez no es una iglesia, y no es porque este sea el malo. Descansa su cuerpo en casa de su padre. Una mujer sale de en medio de aquellos edificios en gritos y llantos gritando no. Rápidamente la van a socorrer. Yo no puedo entrar a aquel lugar donde él ha de descansar. No quieren que me haga mal. ¿Qué habrá adentro que tanto puede lastimar?
Y así el también llego a su final. Porque los que juntos llegan, juntos se van… Aún escucho sus voces, del bueno y el malo. Esos morenos de ojos marrones, y aún puedo ver sus sonrisas picaras. Los escucho cantar, entrar a mi hogar, y de repente miles de imágenes me visitan. Me tienen en sus brazos. Me dan besos. Me sonríen y me abrazan. Ese jean blanco le pone luz a tantos momentos oscuros. Así se fueron, ellos mis tesoros. Ángeles que vinieron a darnos buenos y malos momentos. Entra mi hogar, vieja canción que solían cantar, mis tesoros, mis primos, dedicado a ellos.

Claudio y Víctor gracias por haberme querido los amaré por siempre.
Y a mi tía Elsa. 16/3/2016 Ahora se vuelve a reunir con ellos.

Revista Dúnamis   Año 10   Número 15   Noviembre 2016
 Páginas 15-16