Autor: David Pérez Núñez
Sto. Domingo – R. Dominicana
Musa torturada
Tengo una musa muy hermosa, tierna, amigable, seductora, que la torturo cada día con malos versos, la obligo a corregir largas cartas de amor que nunca envío, a veces se detiene en medio de un párrafo largo, amargo, desafiante, y me pregunta, muy suavemente…. ¿y porqué de esos arrebatos? Hablamos en las madrugadas cuando todos se han ido a dormir, es entonces en qué tenemos los momentos más amenos, los diálogos más interesantes. Me pregunta por mi inclinación a lo trágico, al desamor, a la soledad. Ella es consciente de que hay otros tipos de escritores menos cargados de pesimismo, con los cuales a ella se le hace más fácil su oficio. Yo le explico, que para nada me interesa la moda, usar el mismo lenguaje fósil de la época, citar los mismos autores, repetir las mismas frases y palabras de estos tiempos. Odio con toda las fuerzas de mi pecho la palabra Post modernidad, si pudiera colocarla frente a un paredón con mucho gusto la eliminaría, es una palabra pestilente, produce vómitos de solo oírla repetir. Mi musa no me entiende, se hace la sorda, por lo visto mi manera de ser no me va a permitir entrar en unas de esas capillas, donde se encienden incienso en los altares de respetables escritores del patio. Me tengo que acostumbrar cada vez más a mi soledad, y les juro amigos lectores que no la cambio por esa paz gregaria y perruna.
Revista Dúnamis Año 11 Número 18 Julio 2017
Página 26