Autora: Ana B. Bardales S.
México D.F. – México
Sin Escape
Era una tarde calurosa. Las hojas de los árboles se movían en armonía con el paso del viento y los sonidos de la selva envolvían todo a su alrededor, de pronto todo se volvió caos, persecución, prisa. Aquel vaivén de pasos que se ralentizaban, que se apresuraban, que se detenían mostraba la lucha de la vida contra la muerte.
El joven guerrero iba tras su rehén con arco y flechas al hombro, y aunque estaba cada vez más exhausto, no dejaba de correr, no debía, pues jamás se había visto que a un gran guerrero de la tribu se le escapara su prisionero. Con la respiración entrecortada y sintiéndose casi desfallecer, vio que el rastro de aquel hombre se perdía tras la cascada, así que se adentró en el túnel creado por la propia naturaleza. Cuando salió de él, se dirigió al búnker que llevaba años abandonado a mitad de la selva. Avanzó con paso firme, a pesar de sentir cierta intranquilidad en el corazón. Preparó su arco y su flecha y pasó al siguiente compartimento, donde apenas unos cuantos rayos de luz permitían ver dónde pisaba, y fue justo en ese momento que él se encontró frente a frente con su enemigo. Sin bajar el arco, sostuvo la mirada en la de aquel desventurado sin prever que en aquellos ojos negros se hallaba el insondable abismo.
Revista Dúnamis Año 11 Número 18 Julio 2017
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