Acabose

Autor:  Emanuel Silva Bringas
             Lima – Perú

ACABOSE

                                                                           A Julio Hernández Martínez

Arma forjada
por épicas presunciones
con odios eternos,
remilgadas estimaciones
desconocidos afectos;
¡Ea!
mortales efectos…

Retírase el dardo de la aljaba,
silencio mayor a la nada abruma
Tiémplase con saña
la cuerda del engaño.
Sagaz precisión,
¡vigoroso enervamiento!
Atiza el fuego la frívola maza
¡ponzoña pura!
sublime desprecio…
Nada traspasa tan alto,
ningún insulto más febril.

Arma forjada
meliflua apariencia
palabras cordiales
¡Sonrisa apareja!

Con anticipo calculador
¡al detalle fraguada!
Tallada a encajar exacta;
trayecto trazado en las sombras
Corazón horadar, la basa
Razón trastocar, el deleite
Blasón mofar, ¡la meta!

Arma forjada
en ciénagas de alevosía
gestada.
Reposa confiado,
¡no se sabe presa!
Nadie de un protector tan seguro
como él
Incapaz imaginario
red tramada
tendida con esmero,
¡no puede entender!

Es agenda precisa
urdida con ahínco
ubérrimo esmero
pormenores orquestados
consumar buscando
categórica y perfecta
maquinación

¡Arma forjada!
¡Rusiente jugada!
¡Supremacía estratégica!

Pulcras puntadas los aprestos,
tirantez al límite
Torva la mira sobre el despistado;
la luz que lo circunda,
impenetrable y perpetua,
¡eso cree!
¡Ingenuo convicto!
aunque su sangre desborde
no se sabrá herido…

Arma forjada
¡Lance magistral!
Asestado ha la farsa
en el punto más cardinal

Es el rostro más amable
Es la voluntad más cruel
¡A horadar con vigor!
sin atisbo alguno de conmiseración
En el silencio trastocar el juicio
¡Mofa conspicua!
a todo un linaje…

Despliégase la agenda;
detállanse las fases
acometen férreas una a una
Ingenio macabro
aguzado cronometrado,
a completitud total.
Común,
imperceptible,
sobrenaturalidad.

¡Arma forjada!
zócalo derruído
fortaleza que se ha hundido
¡hasta el fondo de una prisión!
Cobijo ya no existe.

Arma forjada
¡de cósmicas dimensiones!
¡Impensado camuflaje!
Inverosímil suplantación
¡Arma genial!
Suma de maldad

Vive confiado ignorante
de quién le ha de engañar
Adiéstrase el usurpador,
¡a impostar comienza!
Nadie sabrá diferenciar
Defensor jamás hallará
ante tan grosera
artimaña…

¡Arma forjada!
De un chusco cancerbero
prepotente infatuación,
mórbida y mortecina mirada,
Nube apestada de terror
Afrenta impensada

Exitoso el ardid a tal punto
¡con tan rotunda valía!
Si impostando el impostor se ha impuesto
¡Es imposible!
evitar concluir:
es el usurpador ¡el verdadero maestro!
¡Arma forjada!
Empínase ora suspicacia
¿De quién suplanta quién,
la identidad?

 

* Septiembre 2015

                               

Revista Dúnamis   Año 10   Número 14   Octubre 2016
                                   Páginas 28-32

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