El retorno no fue sencillo, fue necesario sortear no pocas adversidades.
Julio 2008
Aquí estoy de nuevo, listo para llenar el todo. Soy yo otra vez, tan empecinado como el propio ahínco. ¿Cuál es mi función? Soy disfuncional por naturaleza. No tengo roles, ni horarios, ni agendas que atender; soy un círculo vicioso de mí mismo. Heme aquí, fascinación en mano, dispuesto a…
Recórreme un extraño tiritar. ¿Qué es? Paréceme encresparme por momentos. No entiendo que ocurre, mi visión, tan fija en el horizonte, tórnase borrosa. El vacío, tan cruel, tómame por largos instantes. ¡Qué sucede! No sé… No sé… de pronto mi cabeza empieza a palpitar toda, es un gran dolor.
Penumbra… declina mi incandescencia. Cada vez hay menos claridad ante mis ojos. Algo está cayendo sobre mí, ¡parece querer tomarme! ¿Qué es? Es tan distinto a mí. Se siente ominoso, ¡cruel! Estoy luchando, luchando…
Empiezo a desconocerme. La esencia de mi ser, parece estar escapando de mí. Apágome, muy despacio… Mis tentáculos/chispa parecen languidecer. ¡Qué absurdo es este! ¿Qué está pasando? ¿Acaso estoy sumido en un sueño demencial? Empieza a hartarme esto. ¡No lo puedo tolerar más! Soy vigor, soy fulgencia eternal. Inmortal, imposible de silenciar.
Dame vueltas la cabeza. Estoy al borde, en el brocal de un pozo airón…
Frío… Demasiado frío. Imagino es eso, ¡cómo saberlo con certidumbre, si soy semejante al fuego! El suelo áspero parece atraerme con fuerza, un desesperado magnetismo. Mi fuerza sigue en decremento. Muchos de mis miembros no los siento más. Los demás están cada vez más pesados… ¿Qué insensatez es esta? ¡Imposible! Imposible…
Vacío… Vacío… Silencio… En qué descabellado artilugio he caído. Parece no haber vuelta atrás. Resiento. ¡Es una vileza! Tal vez obra de la envidia, o algún tramposo azar del destino que tiende a ensañarse con los de mi clase. No lo sé. La pesadez aumenta, creo… creo… ¡creo que esto es a lo que llaman debilidad!
Un hoyo horrendo está tratando de absorberme. Poderoso como yo mismo. Ni a dónde lleva, ni cuán profundo es puedo determinar, solo me es cierto que es duro y amargo como la nota más aguda del grito que me llamó a la existencia.
Succiona cada vez con mayor salvajismo. Mi resistencia es empedernida. Fue una larga distancia mi ascenso, quizá no supe ver lo mucho que me desgasté en ello. Mi ánimo escasea. Seré arrastrado finalmente por la hostilidad. Seré semejante a un cautivo; oscura prisión me aguarda…
Pero yo no puedo morir. ¡Pero yo! no puedo morir… No sé quién sea responsable de este sinsentido. ¿Acaso tú? ¿Acaso tú que me contemplas, mórbida mirada y semblante compungido? No sé si seas el culpable, ¡mas te acuso cómplice!… No puedo morir. Como energía he sido disipado, dirán muchos que por fin me sepultaron. ¡No me creáis vencido! No es el final. Advierto que me queda aún fuerza para reirme de semejante ocurrencia. Desvanecerme es imposible. Si como el sol, me oculto ahora no penséis que he desaparecido. Pronto disiparé yo a este retorcido trance en el que me han sumido y alzareme sobre el abismo del olvido. Juro por estas mis páginas que dunamitaré el destierro…